El Seguro para Bodas: la garantía de protección para tu gran día

Los Seguros para Bodas se enmarcan dentro de aquellos diseñados exclusivamente para cubrir eventos, pero con una serie de particularidades que lo diferencian, caracterizan e identifican. A pesar de que en España no tienen todavía mucha presencia, en países como Estados Unidos su demanda ha aumentado considerablemente y la tendencia general parece indicar que seguirán al alza en ambos territorios. ¿Por qué se estima este crecimiento? Sobre todo, por la gran tranquilidad que aporta tener garantizado el coste presupuestado de eventos en los que realiza una gran inversión. Al limitar las pérdidas que pudieran ocasionar situaciones impredecibles– tanto personales como materiales-, los protagonistas de la ceremonia podrán disfrutar de la organización previa y del día de la celebración sin ningún tipo de preocupación.

¿Qué se protege con un póliza de Seguro para Bodas?

Una boda suele caracterizarse por ser una celebración única y emotiva en la que los protagonistas disfrutan al lado de familiares y seres queridos. Es un día especial tanto para los contrayentes como para los invitados y suele implicar, en muchas ocasiones, una gran inversión. Sin embargo, nada ni nadie puede evitar que surjan imprevistos que puedan afectar a la viabilidad del evento y, en este sentido, disponer de un Seguro para Bodas te permitirá no sólo proteger la celebración –ya sea religiosa o civil-, ante una posible cancelación como consecuencia de causas extraordinarias sino también garantizar la reorganización de la misma en una fecha o lugar diferente. Además, puede incluir coberturas relacionadas con:

Vestimenta ceremonial: los trajes de los contrayentes pueden protegerse ante pérdida o daños, ya sean alquilados o en propiedad.

-Los regalos de la boda también pueden protegerse de las alteraciones que puedan sufrir tanto en el lugar de la boda como durante su transporte o exposición.

-Los anillos: son un elemento clave en el enlace, por lo que las pólizas del Seguro de Boda se puede garantizar su perfecto estado hasta el día posterior al enlace.

-El transporte, el banquete, la tarta, la fotografía, el vídeo o los recordatorios también pueden estar amparados en la póliza, asegurando, por lo menos su valor económico ante el incumplimiento de las obligaciones contractuales por parte de las empresas proveedoras.

-La incomparecencia del oficiante de la ceremonia también se puede avalar: si éste no se presenta o se demora, la compañía aseguradora hará llegar, en la mayor brevedad posible, a un sustituto que pudiera desempeñar esta labor en las mismas condiciones.

-La luna de miel también se puede proteger a través de un seguro de viaje que garantice la cobertura de posibles gastos médicos, pérdida de equipaje, anulación del proyecto, etc. en caso de que sucediera algún imprevisto.

En definitiva, se trata de aportar la mayor tranquilidad posible en uno de los días más importantes para las parejas y allegados, poniendo a disposición de la organización del evento alternativas rápidas y eficaces que atenúen o eviten los trastornos que pudieran causar situaciones ajenas a la voluntad de los novios e invitados, y que pueden ser tan inevitables como impredecibles.